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razón&corazón
Cuando se trabaja con la intuición se aprovecha mejor el potencial del cerebro, se resuelven mejor los problemas, se es más creativo, se toman mejores decisiones y se incrementa la productividad. Se es más espontáneo, lo que favorece la empatía y las relaciones con los demás.
La intuición aborda el conocimiento interior, una facultad innata silenciada aparentemente por el pensamiento racional; quizá bloqueada por la tendencia a escondernos tras discursos y creencias ajenas que nos impiden la comunicación con nosotros mismos.
Lo difícil viene ahora. ¿Cómo devolver la pureza a ese diálogo interno?, ¿cómo volver a conectarnos con nuestra propia intuición?
Empieza por eliminar frenos o límites mentales para que la intuición pueda trabajar libremente. Se trata de intentar desprendernos de prejuicios y todo tipo de sesgos mentales que paralizan la entrada de información sensorial. Dejar de lado la hiperturbulencia mental, como la euforia, que inhibe las señales de alarma, el miedo y el estrés patológico.
Conecta con el propio cuerpo a través del análisis de la respiración o el latido del corazón. Lo dicen meditadores y yoguis, para acceder al inconsciente hay que hacer callar a la mente consciente (el mono loco que llamaban los budistas), y para ello están las técnicas de meditación, relajación o contemplación.
El silencio, la soledad, el humor, el mantener un contacto directo con el propio cuerpo. Sentirlo sin juzgarlo tanto y sin analizar lo que nos pasa alrededor de él. Solo como buenos espectadores y oyentes que le dan la merecida y necesaria atención al cuerpo.
Hacer actividades que «acallen nuestra mente» como pasear por la naturaleza, hacer deporte, o bailar. También actividades artísticas como coser, pintar, tejer, dibujar, colorear o crear cualquier cosa. Cuando las realizamos, nos relajamos, nos inspiramos, llegamos a cierto nivel de silencio interior que nos permite conectar con nuestro conocimiento intuitivo y alcanzamos cuotas muy altas de resolución para nuestras situaciones vitales.
Cuando esto ocurre, también nuestros sentidos se estimulan. Desarrollar la interocepción y la propiocepción es prioritario, ya que la información de la que se vale la intuición proviene principalmente de información sensorial.
Para ampliar la información inconsciente tendremos que trabajar duro en una actitud positiva, ya que cuando estamos en modo negativo el cerebro se bloquea.
Fomenta conscientemente la conexión hemisférica, la lateralización, integrando lo racional y lo intuitivo.
El hemisferio izquierdo es lógico, racional y analítico. Mientras que el hemisferio derecho es creativo, emotivo y artístico. Si conectamos nuestros hemisferios, integramos nuestras capacidades racionales con las intuitivas y creativas, así como las capacidades analíticas con las sintéticas.
Por último, no debemos descuidar el amor propio, cuidando con mimo la propia autoestima. Es imposible confiar en nuestra intuición sin una estima saludable e incondicional hacia nosotros mismos/as, como base de apoyo.
¡Te lo dije! Cordialmente, tu intuición
Magnifica entrada! La espiritualidad de nuestro ser interior; a través de la meditación y la visualización creativa, así como la realización de los cinco ejercicios tibetanos en forma cotidiana, nos permite la armonía y paz que necesitamos. Lo que pensamos, atraemos. Y aquello se logra, de nuestra habilidad para capitalizar todo lo sensorial que nos rodea. Un cálido saludo.
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