Gracias a ti, que me ayudaste en momentos jodidos…
A ti, que me soportaste hasta en los momentos que ni yo me aguantaba…
A ti, que me enseñaste cuando no sabía…
A ti, que conviviste con todos mis demonios por permanecer a mi lado…
A ti, que fuiste capaz de decirme lo que no quería escuchar…
Incluso a ti, que desde el dolor que me causaste,
me permitiste darme cuenta de lo fuerte que era.
Realizado con H.B.N.
Por muchos motivos, este, mi texto número 50, tenía que llevar el nombre de gratitud.
Posiblemente porque me retaste a llegar a una tercera o cuarta publicación, y mírame … ya por la media centena, navegando en un barco de papel machucado. Gracias por darme tantos motivos para llegar hasta aquí.
Quizá porque no soy la misma tras desnudarme y quitarme algunas sombras. Gracias por hacerme crecer en el momento adecuado.
Puede que porque haya ido aprendiendo (a base de tropezones y caídas) que nada tiene tanta importancia como para volverse loco. Todo tiene remedio si hay amor, perdón y gratitud. Gracias por la lección.
Quizá porque a golpes de realidad haya entendido lo «esencial e invisible a los ojos» del GRACIAS con más sentido que he escuchado en mi vida. Y justo fue ayer, a mi misma.
O acaso porque ayer precisamente llegó una carta al editor de un periódico dando las gracias a una persona desconocida por «algo» que había hecho por él. Por suerte, ese editor habría decidido publicarlo. Menuda sorpresa al leerlo. Un gesto a priori insignificante había cambiado su día. Y ahora también el mío.
Es probable incluso que nunca antes estuviera tan agradecida por todo cuando ha acontecido. Por eso y por mucho más: GRACIAS!
«Cuando bebas agua, recuerda la fuente»(Proverbio chino)
Del latín, gratitūdo, es el sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o se nos ha querido hacer, y acorresponder a él de alguna manera.
Aunque no me gusta mucho el concepto de obligación, si opto por la consideración de estimar el valor de todo cuanto nos ocurre en la vida. Generalmente lo bueno. Pero ahora también lo malo.
La escribimos a diario en notas de papel, en correos electrónicos, en whastapp. La decimos gratuitamente en la calle, en el cole, en las tiendas, y la empleamos con desconocidos, amigos o familiares, pero no nos paramos a reflexionar sobre su significado, y probablemente no sabemos el poder y el efecto que esta palabra puede tener en nuestro cerebro, y por tanto en nuetra salud.
«La gratitud no solo es la más grande de las virtudes, sino que engendra todas las demás» -Cicerón-
Mas allá del aprecio o el reconocimiento que conlleva, la gratitud es el sentimiento más pleno que puede sentir el ser humano. Porque es el único sentimiento que abarca un enorme equipaje de sentimientos y emociones positivas. Muy curioso me parece que la gratitud no corresponde a una de las emociones básicas. Todo lo contrario. Para experimentarla se requieren una serie de procesos complejos en la mente. Y no todo el mundo puede experimentar gratitud.
Es una muestra de reconocimiento, correspondencia, devolución, ofrenda, lealtad, un estado de quietud, paz interior, amor y fidelidad, como firmeza y constancia en el afecto y en el cumplimiento de un compromiso establecido.
Podemos usar una gran cantidad de términos para describir los sentimientos de gratitud. Podemos sentirnos agradecidos, favorecidos, afortunados, conmovidos o bendecidos. A diferencia de otros sentimientos, el de la gratitud no aparece como un impulso simplemente. Necesita de un sistema ético, donde estén resueltas las variables de dar y recibir y la complicada renuncia al egocentrismo.
«Namasté es más que una palabra del sánscrito, encierra en ella esos valores que todos deberíamos practicar: la humildad, la gratitud y el reconocimiento»
Se trata de un sentimiento sutil y sofisticado. Casi un arte. Una suerte de deuda moral y de valor hacia el otro. Crece desde la humildad y la aceptación de la imperfección, lo que nos lleva a entender que necesitamos de los demás. Superando una actitud de la competencia o confrontación actual hacia una ética de cooperación tan necesaria en nuestra sociedad.
A veces, este sentimiento de gratitud también requiere de cierto perdón y esté, a su vez, del amor. Porque «el perdón, la gratitud y el amor son los únicos que curan cualquier situación».
Este sentimiento adquiere un profundo sentido cuando aprendemos a estar agradecido incluso por los momentos dolorosos de nuestra vida. Porque llegamos a aceptar y comprender que a lo mejor esa experiencia era necesaria para convertirnos en alguien mejor.
“Cuando la gratitud es tan absoluta las palabras sobran” -Álvaro Mutis-
Reblogueó esto en SER+POSITIVOy comentado:
«Podemos usar una gran cantidad de términos para describir los sentimientos de gratitud. Podemos sentirnos agradecidos, favorecidos, afortunados, conmovidos o bendecidos.
A diferencia de otros sentimientos, el de la gratitud no aparece como un impulso simplemente. Necesita de un sistema ético, donde estén resueltas las variables de dar y recibir y la complicada renuncia al egocentrismo.»
“Namasté es más que una palabra del sánscrito, encierra en ella esos valores que todos deberíamos practicar: la humildad, la gratitud y el reconocimiento”
Publicado originalmente en: https://evajuanatey.com/2020/02/05/gratitud-y-otros-buenos-deseos-i/
(Realizado con H.B.N.)
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Enhorabuena!!
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