Realmente creo que la esperanza es la respuesta correcta al milagro de la conciencia humana» John Green
… A ti. Que hoy te has sentido orgullosa de ti misma.
…Para los que nunca tiran la toalla.
Si algo he aprendido estos años es a tener esperanza en que las cosas siempre terminarán saliendo bien. Y no por la enorme capacidad de esta vida para sorprendernos en lo cotidiano, si no por el talento de uno mismo para terminar sobreponiéndose a casi cualquier cosa… especialmente cuando se lo propone.
Así que cuando uno transita por la vida con esta lección aprendida todo es, si no más seguro, al menos más confortable.
No hay que tener prisa, no hay que adelantarse, no se debe sucumbir a los temores, no hay que controlar nada ni buscar soluciones a todo.
Hay situaciones en la vida donde lo mejor es pararse en seco, coger aire, mirar en otra dirección, observando atentamente lo que ocurre a nuestro alrededor y simplemente dejar que las cosas sigan su curso. El tiempo nos explicará. Porque siempre hay mar, aunque a veces no logremos verlo. A veces, solo está lejos; otras solo juega a esconderse.
«La esperanza prospera aún bajo las condiciones más inadecuadas» Alejandro Dolina
Hay mar, siempre lo hubo y lo sabemos, aunque no siempre pudiera verse desde aquí. Aun cuando no todo el mundo creyó, aun cuando todos lo vieron imposible, hubo una ruta para navegar.
Así que cuando uno no solo cree en el mar, sino que trabaja insistente hasta alcanzar puerto, llegan olas. Grandes y fuertes olas. Y el camino, duro y largo, se vuelve momento de celebrar, de sentir el súbito placer del frío y el alivio del mar rozando los pies.
Hoy toca celebrar y una vez más repetiré, ahora con confianza absoluta, que: ¡Hay mar!
Y gracias a Dios, llegan nuevos retos.
Hay mar a pesar de que ahora mismo no podamos verlo desde aquí. Aunque a veces cueste hasta intuirlo. Sé que lo hay. Y si lo hay, una vez más llegaremos a él. Con un esfuerzo archiconocido y con fe. Siempre con fe.
No sé si tozuda por naturaleza u obcecada por necesidad, que no ver el mar no es motivo para no creer en él. Así que nada de desánimos, de inseguridades o miedos, nada de reproches o de preguntarse más porqués. A trabajar nuevamente en otra aventura, por otra gran travesía, con una emocionante carta de navegación … para llegar, como siempre, al mar.
¡Buen viaje marineros!
«Esperanza no es la convicción de que algo saldrá bien, sino la de certeza de que algo tiene sentido, salga como salga» Václav Havel